Billy Joel y el arte de contar historias como fórmula del éxito

Como la fuerza de una canción, la escucha activa y el arte del storytelling lanzaron la carrera de Billy Joel
Billy Joel posa junto a un piano. | Foto: Live Nation.

Para Billy Joel como para muchos otros que persiguen sus sueños los primeros pasos conducen al fracaso o a la frustración. Nacido en el Bronx en la década de los 50, este inquieto apasionado del boxeo amateur y de la noche neoyorquina pronto decidió que su destino era la música, no sin antes cosechar su primer fracaso tras no graduarse en la escuela secundaria. Pero para alguien que desde los cuatro años sentía el ritmo recorriendo su sangre y fundiéndose con las teclas del piano, un mero certificado escolar no iba a ser una piedra en su camino.

De los sueños al fracaso

La gran manzana, su hogar, vio cómo se habría paso bajo sus focos. Corría la década de los 60 cuando William (como se hizo conocer en un principio), se unió a varias bandas locales y comenzó a tocar en clubes de Nueva York, donde perfeccionó su estilo sumergiéndose en la escena musical como parte de los grupos “The Hassles” o “Attila”, aunque sin apenas éxito. Ya en solitario, en 1971 sacó su primer disco titulado Cold Spring Harbor, en honor a una aldea del mismo nombre cerca de su hogar en Long Island. 

Billy Joel a la izquierda junto al resto de integrantes de «The Hassles». | Foto: last.fm

Sin embargo, durante la grabación del LP un fallo de masterizado hizo que la velocidad fuese mayor de lo debido, generando una tonalidad más alta y un sonido acelerado que arruinó el trabajo de William. Esta distorsión afectó tanto la voz  como los instrumentos, dándole un carácter poco representativo de su estilo y potencial. La situación desencadenó en un mal recibimiento del álbum por parte de los críticos y del público. Además, la relación contractual del artista con Columbia Records se truncó.

The Executive Room

El viaje musical y vital de William prosiguió en Los Ángeles probando de nuevo fortuna tras la frustración de su primer álbum y la ruptura del contrato por 10 años con Columbia Records. Sin derechos sobre el mismo, no abandonó en su búsqueda por abrirse de nuevo camino en la industria musical. Encontró acomodo en The Executive Room, un piano bar situado en el área de Wilshire que le permitió subsistir en la ciudad. El peculiar local se convirtió en el segundo hogar de quien a partir de ahora se haría llamar Bill Martin. Sus noches consistían en interpretar temas populares de otros artistas y algunas de sus propias composiciones, todo ello envuelto en una atmósfera íntima y acogedora donde conectar con el público era más fácil. 

Fotografía de la fachada del local The Executive Room en Los Ángeles. | Foto: PopSpots

Aquel ecosistema particular destacaba por la amalgama de asiduos que llenaban The Executive Room cada noche con puntualidad suiza. Los seis meses que pasó Bill en el bar fueron cruciales para su desarrollo artístico. Allí perfeccionó su habilidad para contar historias a través de la música, experimentando con diferentes estilos, lo que ayudó a definir su sonido característico. Pero fueron las relaciones interpersonales con el incondicional público lo que le proporcionó una valiosa retroalimentación, y comenzó a ganar seguidores leales que apreciaban su talento.

Músicos en el interior The Executive Room donde se encontraría el piano de Billy Joel. | Foto: PopSpot
Los protagonistas de la canción

Era un grupo muy variado quienes llenaban The Executive Room en aquel 1972. Algunos de aquellos incondicionales eran la “camarera practicando política”, primera referencia en su famosa canción existió de verdad, se llamaba Elizabeth Weber y contrajo matrimonio con ella un año más tarde

“Paul is a real estate novelist”, Paul en realidad no era novelista, al menos durante el día, pues solo era un sueño que compaginaba con su jornal de agente inmobiliario. Si llegó a cumplir su sueño o las palabras se diluyeron entre vasos de alcohol hacia el olvido nunca lo sabremos. Pero tan dispar era aquel universo de música y almas errantes que también había cabida para un marine, David Heintz, curiosamente destinado en España. “And he’s talkin’ with Davy who’s still in the Navy and probably will be for life”

Escena del videoclip donde Davy conversa con Paul.

The Piano Stylings of Bill Martin era el seudónimo que por entonces adoptó el propio artista, reconociendolo como un periodo de penurias en el camino por salir de un mal contrato. Lo cierto es que gracias a las historias que llevaban impregnadas los parroquianos, de la mano de su facilidad por capturar la melancolía y la esperanza, el anhelo de un vínculo especial y el deseo de escapar, consiguió concebir un tema que se convirtió en un himno que refleja las luchas y las alegrías de la vida cotidiana. Aquella canción llevaba como título Piano Man y catapultó a la fama a su autor que a partir de entonces se haría llamar Billy Joel. 

LEGADO E INSPIRACIÓN

Su historia y su paso por The Executive Room son un recordatorio de que a veces los caminos menos esperados pueden llevar a grandes oportunidades. Su dedicación y pasión por la música, combinadas con la experiencia que adquirió en aquel bar, lo llevaron a convertirse en uno de los artistas más icónicos de su generación. El relato de Joel nos inspira a seguir nuestros sueños, aunque los inicios sean duros o incluso en los momentos de incertidumbre. La música sonará en nuestro interior y sabremos que el momento de brillar ha llegado.

Videoclip de la canción Piano Man de Billy Joel

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