El piloto Rick Mears se enfrentó al fuego invisible por un escape de combustible en la Indy 500 celebrada en 1981

Rick Mears posando con el monoplaza que pilotó en la Indy de 1981 | Foto: Pinterest
El fuego invisible tiene diferentes acepciones según el campo de estudio al que nos refiramos. Desde el punto de vista filosófico se trata de la representación simbólica de una fuerza o energía que está presente en el mundo, pero no perceptible a simple vista. Para los filósofos presocráticos, el fuego era considerado un principio primordial presente en todas las cosas, dando vida y movimiento a todo el universo. Este fuego invisible se percibía a través de sus efectos.
Dicho concepto ha ido evolucionando de la mano de la sociedad, en el periodo de la Ilustración se entendía como una alegoría de la razón. Los filósofos de esta época veían a la razón como una fuerza invisible que guiaba y mejoraba a la humanidad. La razón permitía a los seres humanos llegar a conocer la verdad, liberándose de las cadenas de la superstición y la ignorancia. En este sentido, el fuego invisible sería la chispa de la razón que ilumina el pensamiento y el entendimiento.
Siguiendo con la evolución, desde el punto de vista contemporáneo podría ser interpretado como una metáfora de las fuerzas ocultas que subyacen en el mundo y afectan nuestras vidas. Esto podría incluir conceptos como el inconsciente o los sistemas sociales invisibles que influyen en nuestras decisiones y acciones. Se trata, por tanto, de una chispa, fuerza o energía presente en el mundo, pero invisible a nuestros ojos, como ocurre con el significado material del fuego invisible.
EL PODER DEL FUEGO
Más allá del sentido filosófico o metafórico, el fuego posee un carácter fascinante y aterrador al mismo tiempo. Su capacidad para devorar en cuestión de minutos lo que ha costado años construir es un recordatorio constante de su poder destructivo. La intensidad de las llamas, el calor que emana y el ruido ensordecedor que produce, son elementos que avivan nuestro temor. Sin embargo, ¿qué ocurriría si somos conscientes de que nos estamos quemando con un fuego no perceptible ante nuestros ojos?
Aunque parezca imposible, puede llegar a ser real y aterrador. Rick Mears lo sufrió en primera persona durante una carrera de la Indy 500 en 1981, vio como el combustible caía sobre su asiento y el pit stop pudo rozar la tragedia. En dicha ecuación fue fundamental la mezcla de combustible utilizada en la carrera, la utilización del metanol en el compuesto añadió una característica macabra, la baja perceptibilidad en la combustión a plena luz del día.

Momento en el que Rick Mears salta del coche tras la combustión. | Foto: Pinterest
METANOL: EL COMBUSTIBLE INVISIBLE
El uso del combustible con metanol tiene la ventaja de ser más ecológico en comparación con otros combustibles tradicionales, como la gasolina o el diésel. Esto se debe a diferentes factores, entre los que se encuentran las emisiones de gases de efecto invernadero reducidas, menos contaminantes atmosféricos y al tratarse de una fuente alternativa de energía que puede obtenerse por medio de diversas materias renovables, como biomasa, residuos agrícolas o incluso capturando y reciclando dióxido de carbono. A pesar de sus beneficios para el medio ambiente, el infortunio en la IndyCar de 1981 llevó a prohibir el empleo del carburante por su alta inflamabilidad, con el fin de salvaguardar la integridad de pilotos y la totalidad de trabajadores en los circuitos.

Rick Mears celebra uno de los títulos de las 500 millas de Indianápolis que cuenta en su haber. | Foto: Indianapolis Motor Speedway
Rick Mears (ganador en seis ocasiones de las 500 millas de Indianápolis), relató en una entrevista para Indianapolis Motor Speedway Museum que aquellos 34 segundos fueron eternos. El calor que sentía le indico que las llamas impregnaban su torso y trato de parar su avance hacia el casco interponiendo sus manos como barrera. Al ver al jefe de bomberos del pit lane, trató de dirigirse hacia él para sofocar el fuego que impregnaba su mono de competición, pero recorriendo los escasos metros que les separaban avivó el incendio al pisar los restos del combustible en el asfalto. El drama se acentuó cuando el fuego llegó hasta el bombero, quien salió corriendo al notar que comenzaba a quemarse. Fue el padre de Rick Mears quien al ver a su hijo moverse de forma extraña se percató de que algo grave sucedía y apagó las llamas invisibles, evitando así una tragedia mayor.
«Fueron 34 segundos sin respirar. Fue un gran problema y eventualmente ayudó a crear nuevas reglas en el futuro».
Afirmó Rick Mears para Indianapolis Motor Speedway Museum.
Entrevista a Rick Mears sobre el incidente de 1981 en la IndyCar Series.

